Gregory Infante mandó 45 meteoros para la historia guairista

El derecho Gregory Infante llegó a seis salvados en la temporada. Foto AVS Photoreport
Tuvieron que pasar 138 presentaciones para que el récord de más salvados en la organización de los Tiburones de La Guaira cambiara de nombre. Gregory Infante no comenzó como taponero, de hecho, de niño no se imaginaba ser lanzador, pero la carrera lo obligó a colocar candados y este 22 de noviembre de 2018 sus “Meteoros” lo llevaron a lo más alto en la historia de los escualos.
El caraqueño debutó en la pelota criolla el 12 de diciembre del 2008 ante Caribes de Anzoátegui, cuando apenas tenía 21 primaveras cumplidas. Su rol era de relevista, aunque abrió un juego en esa campaña 2008-2009 y fue la única vez que inició un cotejo, porque una lesión lo alejó de ese rol.
No fue sino hasta el 12 de diciembre del 2014 (dos años más tarde) en que llegó el primer rescate del derecho y allí comenzó la carrera, para destronar al máximo apagafuegos de los salados, Jorge Julio Tapia, quien implantó su sello de 44 candados en la historia de los litoralenses, en nueve campañas disputadas y 224.2 entradas laboradas.
“Es un honor llegar a este logro personal, porque a Jorge Julio lo conozco desde que éramos jóvenes, ya que, vivíamos cerca en Guatire (estado Miranda) y jugábamos siempre, junto a Henry Blanco, Yorvit Torrealba”, confesó el diestro. “Es agradable lograr récords, pero más importante es darle triunfos a mi equipo, porque Tiburones merece el campeonato desde hace rato y los récords llegan solos”.

Infante necesitó 134.2 capítulos para cambiar el nombre y apellido, que aparecen en el libro de logros realizados por peloteros que defendieron el uniforme guairista. Pero como menciona el mismo serpentinero “eso es algo que yo no buscaba, de niño yo quería ser shorstop como Omar Vizquel y cuando firmé, fue como abridor, pero cerrador no lo veía”.
Y es que la carrera en el deporte del bate y pelota para el escopetero inició como todo niño jugando en las calles, con sus amigos, luego al ir creciendo fue visto con buenos ojos por varios scouts, pero Amador Arias, encargado de cazar talentos en Venezuela por los Medias Blancas de Chicago, logró un contrato para el joven de 18 años de edad y lo llevó de inmediato a los Estados Unidos.
“Sí, yo firmé como abridor desde el 2006 hasta el 2009, una lesión me alejó a iniciar juegos y los doctores me dijeron ‘lo mejor es que seas relevista’ y los Medias Blancas me dieron la oportunidad de ser cerrador en la sucursal Clase A avanzada y desde ese momento, fue lo mejor para impulsar mi carrera, tanto que me llevó en 2010 a debutar en las Grandes Ligas”, contó Infante, quien realizó su primera presentación en el Big Show un 7 de septiembre, frente a los Tigres de Detroit y bajo el mando de quien es su mánager en la actualidad con los litoralenses, Oswaldo Guillén.
Luego de ese año de haber llegado al edén para los beisbolistas, llamado la Gran Carpa, actuó en cuatro partidos más, siempre como finalizador del resultado, pero sin oportunidad de salvar alguno. No pudo pisar un terreno de las Mayores en siete cursos y el fusilero le da crédito de haber regresado al mejor beisbol del mundo a un estratega, pero de la LVBP.

“Nunca se me van a olvidar las palabras del señor (Welby Sheldon) ‘Buddy’ Bailey cuando me dio la oportunidad de cerrar para los Tiburones una vez más”, confesó Infante. “Él me dijo: ‘No importa lo que haya pasado en tu carrera o lo que hayas hecho, tú serás mi cerrador y volverás a las Mayores, porque yo necesito un hombre de experiencia en esos innings’ y este logro se lo debo a él, porque nunca perdió la confianza en mí”, recordó.
Posteriormente de haber recibo esa ayuda motivacional del timonel norteamericano, Infante regresó a la MLB, nuevamente con los patiblancos, en los que participó en 54.2 episodios, ganó dos encuentros, perdió uno y cerró 18 oportunidades, sin registrar un rescate.
“La confianza de Bailey y luego de Ozzie me tienen con la frente en alta, para seguir salvando juegos”, aseguró el taponero de 31 años cumplidos.
Por: Pedro Felipe Hernández / @pedrobutters
Fotos: AVS Photoreport