Leones espabiló y continúa con vida en la final

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Conscientes de que no existía un mañana, los Leones del Caracas saltaron este sábado al terreno del Estadio Universitario convencidos de limpiar la imagen que dejaron en los tres primeros juegos de la gran final de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional y cumplieron el objetivo.

La manada contó con una oportuna ofensiva, misma que se había visto diezmada durante sus más recientes presentaciones, y aprovechó cada una de las brechas que le brindó la defensiva de los Cardenales de Lara para conseguir su primer triunfo de la última instancia del campeonato por marcador de 8 a 4.

“Poder anotar carreras con dos outs y en el primer inning fue clave. Los muchachos se hablaron entre ellos mismos antes del juego y los vi con un poco más de ánimo. Iremos juego a juego”, esbozó el manager Mike Rojas.

La jornada no fue del todo positiva para los Leones, o al menos no desde el inicio. El mexicano Javier Solano confrontó graves problemas de control en sus lanzamientos en el primer inning y la indomable toletería cardenalera le hizo pagar caro las equivocaciones con un trío de anotaciones remolcadas por un triple barrebases de Juniel Querecuto.

Dado los acontecimientos de los últimos días, cuando la carencia de producción fue una de las causas principales de las derrotas, las caras largas de la gran mayoría de los aficionados caraquistas no se hicieron extrañar. Aunque para fortuna de ellos, como del propio manager Mike Rojas, los paleadores espabilaron de inmediato.

David Martínez, abridor de los larenses, tuvo una actuación muy parecida a la de su par Solano con ciertos problemas para ejercer dominio sobre el rival; aunque en su descargo, sus compañeros del cuadro interior no lo apoyaron lo suficiente y una pifia le trajo como consecuencias tres carreras permitidas que igualaron las acciones.

La retaliación

El pertinente despertar melenudo devolvió la alegría al recinto capitalino. Mismo efecto que retumbó también a los adentros de la cueva, que durante los encuentros previos se percibía taciturna y se contagió de una manera tal, que sacó a relucir una faceta que hasta este punto no había mostrado: la de un equipo remontador.

Uno de los grandes responsables del resurgir de los felinos fue el receptor Ramón Cabrera, quien volvió a rendir dividendos con la estaca en la mano, similarmente a como lo hizo en la semifinal contra Caribes, y se erigió como el más furctífero de la jornada con un par de carreras producidas, una de ellas con un doblete impulsor en otro rally de tres rayitas que consiguieron los Leones en el tercer tramo.

Cardenales, pese a verse abajo como pocas veces le había tocado en la final, nunca bajó los brazos y tuvo varios intentos de revertir las acciones, embasando corredores con frecuencia. Pero en esta ocasión se toparon con un cuerpo de monticulistas locales que no sucumbió ante las amenazas y consiguió siempre el pitcheo adecuado para salir ileso, salvo en la cuarta entrada cuando un boleto con las bases llenas a Alejandro De Aza propició la cuarta y última carrera crepuscular.

Uno de los baluartes para Mike Rojas en la tarde-noche sabatina fue el refuerzo Pedro Rodríguez. Al relevista le tocó hacer una aparición atípica tras ser llamado a laborar en el sexto episodio con las bases llenas y dos out, cumpliendo con el objetivo de minimizar los daños tras dominar a Juniel Querecuto con un manso elevado de foul a manos del tercera base.

El ganador del premio como Cerrador del Año continuó en el montículo en el séptimo episodio, en el que a pesar de permitir un imparable, lo retiró sin aspavientos y al final se quedó con la decisión ganadora.

“Yo vine preparado para estas situaciones. Sé que el Caracas me trajo para que los ayudara en juegos como este y a mi me gusta lanzar en ellos, con esa adrenalina. Cuando voy vía al montículo me concentro en el bateador al que me tengo que enfrentar, que en esta caso era Querecuto. Busqué un pitcheo que se hundiera y el se fue con el primero”, manifestó Rodríguez.

Este domingo a partir de la 1:00 pm en los hombros de Luis Díaz están cifradas gran parte de las esperanzas de los Leones de mantenerse con vida en la final. Su contraparte será el mexicano Marco Carrillo, encomendado por el capataz José Moreno para intentar de finiquitar a domicilio y viajar a Barquisimeto con el quinto trofeo a cuestas.

Escrito por: Rayner Rico / @RaynerRico29

Foto: Nando Velázquez

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