Puro fuego lo que sale del brazo de José Alvarado

Hay un lanzador venezolano que, a simple vista, se le nota el crecimiento que ha conseguido en cada año que actúa en el béisbol. El lanzador José Alvarado es ese protagonista con el que comienza esta nota, porque su habilidad no es ni cerca de lo mostrado en la temporada 2015-2016 de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional.
Con apenas 20 años de edad, se le veía muy tímido a un serpentinero zurdo, que igualmente accedía a las entrevistas en las que daba mucho material para contar y además que, el mánager Buddy Bailey le gustaba mucho utilizar en los momentos de extremo cuidado para los Tiburones de La Guaira.
Le fue brillante en 14 presentaciones, que, completó 6.1 entradas con siete incogibles aceptados, dos rayitas y una limpia, además logró sentenciar a siete bateadores. Luego, un año más tarde bajo los servicios de Oswaldo Guillén también fue iluminado como su prometedor futuro.
Había una vista muy clara en cada estratega que los vio y era su velocidad que utilizaba para abanicar rivales. Esa cualidad lo ha pulido con el tiempo ya que, desde su llamado al equipo grande de los Rays de Tampa Bay en 2017, no ha hecho más que completar cada oportunidad en la lomita.
En 111 actuaciones en tres años de servicio, ha finalizado 27 en total y acumula 12 rescates (ocho en 2018 y cuatro en la actual campaña). La diferencia del curso pasado es que no había sido nombrado el cerrador del conjunto y desde la pretemporada se especulaba la noticia de ser el apagafuegos de todos los días. Alvarado no ha fallado.
En seis entradas de labor en 2019, mantiene una efectividad inmaculada que no conoce el daño de anotaciones, pero solo cuatro incogibles de los contrarios. Pero es que, el dominio monticular de José Alvarado, no solo es individual, porque el cuerpo completo de los Rays es una máquina sin fallas en la ejecución desde el morrito.
Tampa Bay es el equipo con mejor porcentaje de carreras limpias admitidas del momento, al fijar 1.88 en diez encuentros disputados (91.0 IL).
José Alvarado es una máquina de pitcheos imbateables por el movimiento que toman y con su velocidad de 100 millas por hora.
Sus serpentinas se esconden de los bateadores. Parecen un truco de magia, en el que la mente lo espera por un lugar y en el acto aparece por otro. Actualmente acumula 10 recetados en la bolsa y solo tres boletos otorgados.
El siniestro refleja una producción de ponches de 15.0 por cada nueve entradas y un WHIP de 1.16.
A los Rays les va como le vaya a su cerrador, quien con una sonrisa con la que cada vez que finaliza un cotejo y José Alvarado le coloca el candado.
Es cierto, no es el mismo tímido lanzador, que, tenía un arsenal guardado y solo esperaba el llamado para ser un despiadado de la velocidad con gasolina para ponchar.
Por: Pedro Felipe Hernández / @pfhernandez7
Foto: @Rays